El amor es un fantasma nocturno,
paga como soborno nuestras
expiaciones,
nuestros errores embadurnados en
gloría material,
nuestros raquíticos deseos en
metales y billeteras.
Nos olvidamos de besos y aquellos
ojos.
Puede que sea el corazón del éter
que vemos en determinada noche,
el que nos provoca sentir por
dentro
esos temblores de nubes descargando
relámpagos,
mientras esperas - si te has dado
cuenta -
otra vez besarla, venciendo a esa terrible tormenta.
0 Comments:
Publicar un comentario
<< Home