martes, mayo 5

LA INSURRECCIÓN POÉTICA

                                                             Fotografía. Ráquel López Chicheri

No me gusta que los libros se mojen

ni andar diciendo palabras vanas,

tampoco odiar a lo que antes quería.


Por ello pongo en venta mi cabeza,

a cambio de la pureza de un par de versos;

(mi cabeza o la de cualquier insensato)

Vendo cada uno de mis dedos, derechos e izquierdos,

vendo mis intestinos, mi hígado,

la columna vertebral, y el pecho.

Vendo mis arterias porque nunca se

prostituyan unos versos.

O lo hagan de manera elegante.

Regalo el cerebro por una hora con Baudelaire.

Vendo el polvo de mis huesos a cambio

de seguir sintiendo el roce del arte.

0 Comments:

Publicar un comentario

<< Home